No hay panna cotta que no me guste (si está bien hecha, quiero decir), son un postre tan fácil y rápido de preparar, con tantas variantes posibles, que debe ser una de vuestras recetas de cabecera.
Dependiendo del tipo de uva, la panna cotta tendrá un color más intenso o no. En la receta original se utiliza vino tinto de Barrantes. Y el color es mucho más vivo, porque es un vino denso e intenso.
Yo he optado por un crianza y he decidido aromatizarlo un poco.
Ingredientes:
- 300 ml de nata para montar
- 100 ml de vino tinto
- 3 hojas de gelatina
- 80 gr de azúcar
- pizca de sal
- 2 ramas de canela
- 2 anís estrellado
- 3 clavos
Elaboración:
- En una cazuela ponemos el vino con las especias. Llevamos a ebullición durante 5 minutos. Retiramos del fuego, tapamos y dejamos que se enfríe por completo. Luego colamos.
- Cubrimos las hojas de gelatina con agua fría y las dejamos hidratarse durante 5 minutos.
- Calentamos nata, azúcar y sal. Justo en el momento en el que empiece a hervir, retiramos del fuego y añadimos las hojas de gelatina bien escurridas. Removemos muy bien hasta que se disuelvan por completo.
- Dejamos templar ligeramente y añadimos el vino especiado (debe estar frío)
- Mezclamos bien y repartimos en las flaneras.
- Dejamos reposar al menos durante 6 horas.
Una receta muy sencilla, pero de esas que repites una y otra vez.
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