Uno de los trucos imprescindibles que no deben de faltar en ninguna cocina es el de reutilizar el aceite para hacer tus platos más deliciosos. El problema es que el aceite, casi siempre, coge muy fácilmente el sabor de la carne, el pescado o los fritos que realizas. ¿Cómo hacer que este gusto desaparezca para poder reutilizar el oro verde que tanto nos gusta?
En primer lugar, retira el aceite de la fuente de calor y déjalo en la sartén hasta que esté enfriado. No solo puedes quemar el envase en el que lo vas a guardar o el colador, sino que puedes hacerte mucho daño. Si se enfría del todo, las impurezas se quedan al fondo y es mucho más fácil guardar el aceite.
Coge un colador para filtrarlo, aunque gracias a que lo has dejado enfriar, esto ya no será un problema enorme. Limpia mientras tanto la freidora o la olla en la que se encontraba el aceite, y lo echas de nuevo cuando el recipiente esté limpio y seco.
¿Por qué? Porque ahora vamos a ponerlo en una fuente de calor, pelaremos una patata y nos quedaremos con la piel. Échala en la sartén o freidora durante varios minutos: cuando esté dorada, se retira y tira, consiguiendo que atrape los sabores que antes estaban atrapados en el aceite.
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