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miércoles, 13 de diciembre de 2017

Diez cosas que hacer con una cereza


 Las cerezas son un postre espectacular, cuyo aura se ha visto fortalecida por su carácter efímero (parece que las tenemos entre nosotros muy pocas semanas) y pueden comerse de numerosas maneras. Estas son algunas de ellas.


1-Gazpacho de cerezas. Es un clásico que podemos encontrar cada vez en más restaurantes, pues en esta época del año apetece comerse las cerezas de todas las maneras. Las combinaciones de ingredientes son infinitas: hay quien sustituye el tomate o el pimiento rojo por cerezas, que suavizan mucho el sabor del gazpacho, y quienes, simplemente añaden una dosis de cerezas a su receta. Cualquier opción es magnífica, porque en materia de gazpacho, por fortuna, (casi) todo vale.
2- Compota. Basta con hervir a fuego lento las cerezas con vino y azúcar (una pizca de canela le sienta de maravilla) y ya tendremos una deliciosa compota que mantiene todo el sabor de la cereza y es un alimento de lo más versátil, que será el complemento perfecto, por ejemplo, para cubrir o rellenar un bizcocho. Combina estupendamente con el chocolate, así que es perfecta para acompañar 'brownies' y, si lo deseamos, como perfecta aliada de una tarta de queso.
3- Helado. Se puede hacer helado con todas las frutas y verduras que nos vengan a la cabeza, incluso con licores y cremas, así que si somos fans de las cerezas qué mejor manera de consumirlas en verano que a cucharadas en forma de helado. La receta es facilísima: te dejamos esta de helado de fresa y sólo tendrás que sustituir las fresas por la cantidad correspondiente de cerezas.
4-Cerezas confitadas. Confitar cerezas es un proceso relativamente sencillo pero que nos requerirá unos diez días aproximadamente desde que empecemos hasta que nuestras frutas estén correctamente confitadas, listas para añadir a cualquier coca o bizcocho. Solo necesitaremos unas buenas cerezas, agua, azúcar y, por supuesto, paciencia para esperar a que estén listas.
5- Aguardiente. Si te encuentras cara a cara con unas cerezas magníficas y te apetece comprarlas antes de que acabe la temporada, no sufras. Una buena manera de aprovecharlas si no llegas a consumirlas todas es preparar un buena aguardiente de cereza, una bebida dulce con un inteso sabor a cerezas que va a ser un digestivo estupendo para los amantes de esta fruta. Pese a que elaborarlo es sencillo va a necesitar unos tres meses de maceración.
6- Cócteles. Hay numerosos cócteles estivales con la cereza como protagonista, una fruta que combina estupendamente con licores como la ginebra o el vodka. Hay numerosos ejemplos de cócteles ideales con la cereza como protagonista, pero nosotros nos quedamos con el Sour Cherry Gin, con ginebra y zumo de limón, de un bonito color rosado, que puede decorarse con nata y un par de cerezas y va a convertirse en el rey de cualquier fiesta.
7- Zumos (y 'smoothies'). Al contrario de lo que ocurre con otras frutas como el melón, la sandía o la naranja, es raro que se nos ocurra preparar zumos de cereza, por más llena que tengamos la nevera. Por fortuna, la fiebre de los zumos saludables de frutas, verduras y hortalizas han dado a la cereza el lugar que se merece en el universo de los zumos, pues combina con numerosos ingredientes y está deliciosa. ¿Un ejemplo? Con naranja y frambuesa es excelente, aunque si lo que nos gustan son los batidos basta añadir a las cerezas leche semidesnatada y galletas maría.
8- Salsas. ¿Has pensado alguna vez acompañar tu solomillo de cerdo de una salsa de cerezas? Del mismo modo que solemos elaborar salsas de ciruelas para acompañar las carnes, podemos utilizar cerezas, lo que dará un toque delicioso y muy original a nuestros guisos. Una manera sencilla y resultona para preparar la salsa que acompañará nuestra carne es combinarlas con zumo de naranja y limón, un chorro de whisky y un par de cucharadas de miel, y dejar reducir a fuego lento hasta que quede una consistencia espesa.
9-Ensaladas. Igual que usamos a menudo manzanas en nuestras ensaladas, y que cada vez son más comunes las ensaladas de cítricos, o las de pera, ¿por qué no hacer lo mismo con las cerezas? Las combinaciones son numerosas, pero bastan unos brotes variados, algo de queso, frutos secos y una vinagreta al gusto para tener una ensalada veraniega, ligera y original.
10- Mousse. Si nos parece aburrido comer directamente las cerezas pero seguimos queriendo que sean nuestro postre, una buena opción es elaborar una sencilla mousse. Hay numerosas recetas, pero os recomendamos escoger alguna que no requiera horno y que pueda realizarse de forma sencilla con pocos ingredientes.

Por Laura Conde | @LauraConde5

lunes, 11 de diciembre de 2017

Siete alimentos para bajar el colesterol


El colesterol es una sustancia que se encuentra en el organismo encargada de regular funciones como la formación de los ácidos biliares o algunos tipos de hormonas. Aunque es necesario, si su presencia en sangre está por encima de los niveles considerados normales, produce hipercolesterolemia, un factor de riesgo de determinadas enfermedades cardiacas.
Los expertos señalan que esta enfermedad se puede evitar si se lleva un estilo de vida saludable, que incluya deporte, y una alimentación equilibrada, como la dieta mediterránea.
De hecho, una de las primeras indicaciones que se suele dar cuando un paciente tiene el colesterol alto es cambiar la dieta. “Los alimentos más eficaces para reducir los niveles de colesterol en la sangre son aquellos que tienen una elevada cantidad de fibra soluble y peptina porque se unen al colesterol en el intestino favoreciendo su eliminación mediante las heces”, explica Sergio Caja, doctor en biología molecular del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC) en Madrid, formado en Nutrición y Gestión Científica por el Instituto de Empresa.
El experto señala que además, los alimentos deben ser ricos en ácidos grasos poliinsaturados, ya que estos disminuyen los niveles de colesterol, deben tener estanoles y esteroles, que son unos compuestos vegetales que impiden la absorción del colesterol a nivel del intestino. “Finalmente, deben contener antocianinas que favorecen una menor producción de colesterol en el cuerpo”, añade.
Aunque no hay un único alimento que tenga todas estas características en cantidades tan importantes para que por sí solo pueda ser la clave en la reducción del colesterol, existen una amplia variedad que poseen algunas de las características citadas y por tanto deberían consumirse habitualmente, tal y como indica Caja:

1) El aguacate

Nueve estudios clínicos han observado que incluir aguacate en la dieta, especialmente en aquellos que tienen hipercolesterolemia, favorece la disminución de los niveles de colesterol total entre un 9 y un 45 por ciento, así como del colesterol LDL.
“Aunque la razón no está muy clara se sabe que tienen un alto contenido en fibra, lo que disminuye su absorción, y como son muy ricos en ácidos grasos poliinsaturados reducen los niveles de LDL. Por otro lado, el aguacate es la fruta que más estanoles y esteroles posee, lo que favorece una menor absorción intestinal de colesterol. Consumir entre medio y un aguacate y medio diario durante la comida principal puede ser una herramienta muy eficaz si se quiere disminuir el colesterol”, recomienda el experto.

2) Los cereales integrales

Los cereales integrales también ayudan a regular el colesterol. De hecho, Caja menciona que existen varios trabajos de investigación en los que se ha relacionado el consumo de cereales integrales con la reducción de los niveles de colesterol. ¿Y qué cereal es mejor tomar? El experto recomienda la avena, ya que es el más eficaz y tras consumirla seis semanas disminuye el colesterol LDL.
“La incorporación en la dieta de unos 70-100 gramos de avena todos los días, por ejemplo en el desayuno, aporta el 63 por ciento de la dosis diaria recomendada de fibra, lo que favorece muy significativamente la reducción de los niveles de colesterol. Además se deben incorporar otros cereales integrales en la dieta, como por ejemplo pan, pasta o arroz integrales”, especifica.

3) Los frutos secos

“Es muy interesante que alimentos vegetales con un elevado porcentaje de grasa tengan la habilidad de regular el perfil de colesterol tan bien como lo hacen los frutos secos”, afirma Caja, quien señala que entre frutos secos como son las nueces, almendras, pistachos o la nuez de Brasil destaca la nuez de macadamia.
“Por un lado, este sabroso fruto seco, reduce los niveles de LDL en un 4 por ciento, mientras que aumenta el colesterol HDL en un 7 por ciento tras cuatro semanas de tomarlo en la dieta. Se recomienda un consumo a diario de un puñado (unos 40 gramos) de frutos secos tostados sin sal, especialmente durante el desayuno”.

4) Legumbres

Las legumbres son muy ricas en fibra lo que favorece una disminución en la absorción de colesterol LDL. Las lentejas además de reducir el LDL aumentan el HDL lo que es muy beneficioso para la salud del corazón.
Otras leguminosas, como los guisantes, disminuyen los niveles de colesterol total en un 5 por ciento y de LDL en un 8. Sin embargo, la soja es la legumbre que más reduce los niveles de colesterol. “Su consumo principalmente en forma de haba o como producto derivado (leche o tofu), tiene la habilidad de bajar el colesterol total en un 11 por ciento y el LDL entre el 5 y el 25 por ciento, lo que junto con su capacidad de aumentar los niveles de HDL favorece muy positivamente la salud del corazón".
El experto explica que la recomendación general es ingerir al menos entre 11 y 50 gramos de legumbres como son la soja, los guisantes o las lentejas (que aportan el 60 por ciento de la dosis diaria recomendada de fibra) unas tres veces a la semana.

5) Verdura

Las verduras de hoja verde, como son las espinacas, reducen los niveles de colesterol, especialmente cuando la dieta es muy rica en grasa, ya que favorecen una mayor eliminación de colesterol en las heces.
Por otro lado, estas verduras contienen un porcentaje elevado de estanoles y esteroles lo que también hace que haya una menor absorción intestinal de colesterol. Otras verduras, como el brócoli, tienen un efecto muy beneficioso para los hipercolesterolémicos, entre otras cosas debido a sus altos niveles de fibra.

6) Los inhibidores naturales de la HMG-CoA

“La producción de colesterol en nuestro organismo depende de la actividad de una enzima que se llama HMG-CoA. Alimentos muy ricos en ácidos grasos poliinsaturados de cadena larga, también denominados omega-3, tienen funciones en la inhibición de esta enzima lo que favorece una disminución en la producción de colesterol”, explica el experto.
Algunos alimentos muy ricos en omega-3 son las semillas de lino, o de chía, espinaca, rábano, alfalfa germinada; algunas legumbres geminadas y por supuesto los aceites de semillas o los frutos secos, por citar algunos ejemplos.
Otros inhibidores de la enzima que se encarga de la producción de colesterol son los licopenos, o una serie de compuestos químicos que forman parte de algunos alimentos como la guayaba, la sandía, el tomate (especialmente en el tomate secado al sol) o el pomelo. Éstos reducen los niveles de colesterol en torno al 10 por ciento. Por tanto, la cantidad de licopeno recomendada está entre 25 y 35 miligramos por día (cien gramos de tomate seco, por ejemplo, contienen 45 miligramos).

7) Los alimentos ricos en antocianinas

Por último, Caja especifica que algunas frutas, verduras y otros productos de origen vegetal contienen una alta concentración de ciertos pigmentos denominados antocianinas, que dan coloraciones del rojo al naranja y del azul al púrpura.
Lo interesante es que algunos estudios han observado que incorporar antocianinas tiene la capacidad de disminuir los niveles de colesterol LDL entre el 16 y el 25 por ciento en individuos con hipercolesterolemia y este efecto sólo es específico en estos individuos.
“En otras palabras, el cuerpo en presencia de antocianinas produce menos colesterol. Algunos alimentos que contienen estos compuestos son las frambuesas, las moras, los arándanos, las cerezas, el acai o la piel de la berenjena. Los hipercolesterolémicos deben consumir unos 100 gramos por día de alimentos ricos en antocianinas”, concluye.

 Fuente.

domingo, 10 de diciembre de 2017

Pastel de frutas del bosque

Pastel de frutas del bosque

BIZCOCHO DE CHOCOLATE

175g de harina de Reposteria
120g de azúcar
30 g de cacao en polvo
100 g de mantequilla 
2 huevos

Fundimos la mantequilla y batimos con el azúcar hasta que quede un poquito  espesa. Añadimos  los huevos de 1 en 1, batiendo e integrándolos bien.
Añadimos la harina y el cacao tamizados y mezclamos.
Forramos de papel vegetal un molde rectangular, (utilizo este molde cuando voy a hacer pasteles pequeños, pues se aprovecha mejor el bizcocho al cortar con el aro)  y extendemos la masa.
Introducimos en el horno, previamente precalentado a 180Cº, durante 15 minutos aproximadamente.
Sacamos del horno y una vez frío lo cortamos en círculos de 10 cm de diámetro,(yo utilicé un aro de acero)  podemos hacerlos más grandes  o más pequeños si nos apetece hacer pastelitos individuales.

CREMA DE QUESO Y YOGUR DE FRUTAS DEL BOSQUE

(Para 2 pasteles de 10 cm)
200 g de queso cremoso
1 yogur de frutas del bosque
2 cucharadas de azúcar glas
4 hojas de gelatina
Un poquito de leche ( para deshacer la gelatina)


Mezclamos el queso con el azúcar y el yogur.
Hidratamos la gelatina. 
Calentamos la leche y deshacemos la gelatina, la incorporamos a la crema de queso y yogur

GELATINA DE ARÁNDANOS

(Para 2 pasteles de 10 cm)
100 ml de agua
3 cucharadas de mermelada de arándanos
2 hojas de gelatina


La gelatina tenemos que hacerla una vez que el pastel  tenga la crema de queso y yogur completamente cuajada.
Calentamos el agua con la mermelada.
Hidratamos en agua fría la gelatina, escurrimos bien y la  disolvemos en la mezcla anterior.
Queda una gelatina ligera para que al desmoldar el pastel escurra ligeramente por los lados.

MONTAMOS EL PASTEL

Forramos un plato con papel vegetal, ponemos el aro encima y forramos las paredes del aro
En el fondo del aro colocamos el bizcocho,  lo mojamos con un poco de leche, almíbar o algún licor, eso ya depende de los gustos de cada uno. A continuación vertemos la crema de queso y dejamos en la nevera hasta que se solidifique, tres horas mínimo.
Hacemos la gelatina de arándanos, la vertemos sobre el pastel y dejamos en la nevera 12 horas.
Desmoldamos, decoramos y a disfrutar.

sábado, 9 de diciembre de 2017

Descubre qué alimentos no caducan nunca


La verdad es que hay alimentos que no deberían llevar nunca fecha de caducidad. Ya que se pueden conservar durante mucho tiempo. El problema es que existe mucha confusión con las recomendaciones de los fabricantes, las diferentes etiquetas con diferentes tipos de fechado y con lo que realmente significan.
Los alimentos que duran más
Los alimentos que duran más
Los alimentos que duran más
Aquí te dejamos una lista de alimentos que no tendrían que llevar fecha de caducidad, es decir, de alimentos que puedes almacenar todo el tiempo que tú quieras, sin miedo a que se estropeen:

El arroz


El arroz sea del tipo que sea (basmati, negro, al jazmín, salvaje…), y esté el tiempo que esté sin consumir, se mantendrá perfectamente, como el día que lo compraste, sabrá igual de rico. Solo hay una excepción y es el arroz integral, la razón es que en su composición contiene más aceite que el resto de arroces, lo que provoca que se ponga rancio. Aun así, es mejor almacenar el arroz (da igual del tipo que sea) en algún recipiente hermético, que no deje pasar el aire y así evitar que se contamine.
El azúcar y la sal


En el caso del azúcar nunca se pone malo, ya que su composición evita el crecimiento de bacterias. Como mucho, lo único que puede ocurrir es que con el tiempo se formen grumos de azúcar. En el caso de la sal, se conservará siempre como el primer día, después de años y años, da igual del tipo que sea. Eso sí, tanto el azúcar como la sal es mejor guardarlos en recipientes herméticos que no dejen pasar la humedad y evitar la entrada de insectos.

Los licores con mucho alcohol


Los licores con alta cantidad de alcohol son capaces de mantenerse en perfecto estado, siempre y cuando las botellas se conserven en un lugar fresco y oscuro. A lo mejor con el paso del tiempo pierden un poco de su aroma, pero el sabor seguirá siendo el de siempre, (ya no es necesario que te obligues a acabar con la botella). 

El vinagre blanco


No importa cuánta prisa te des en gastar las botellas de vinagre. El vinagre blanco se conserva estupendamente para siempre. Su aroma, su color, y su sabor estarán siempre intactos, ya sea para utilizarlo en la cocina o como elemento de limpieza.

La miel


La miel es otro de esos alimentos que pueden mantenerse años y años en la despensa sin ningún tipo de problema. Lo único que puede ocurrir es que con el paso del tiempo cambie de color o se formen pequeños cristales de miel (nada que no se pueda resolver con agua caliente y una cuchara, hasta que estos cristales se disuelvan), pero su sabor y propiedades no cambiarán, seguirá siendo igual de beneficiosa para la salud.
Las legumbres

Las legumbres son un alimento muy recurrente y muy nutritivo en la cocina, y además pueden mantenerse en perfecto estado de forma indefinida, el único contra puede ser que necesiten más tiempo en remojo y más tiempo de cocción para conseguir su punto perfecto, pero sus niveles nutricionales se mantendrán intactos, como el primer día.

Extracto de vainilla
 
Dado que está hecho a base de alcohol, se mantendrá fresco y sabroso durante el tiempo que se lo tenga en stock. La imitación de vainilla no tiene el mismo tiempo de vida. Con esto en mente, es posible que sea mejor idea optar por la esencia un poco más cara pero sin fecha de caducidad.

 Café instantáneo

 
Una vez abierto, se mantendrá en la nevera para siempre.

                                              Harina de maíz


Guárdala en un lugar fresco, seco y herméticamente cerrado. Como probablemente no termines los paquetes de harina de maíz con mucha frecuencia, está bien saber que no hace falta tirar las reservas… nunca.

Fuentes:
 cocinatis.
 huffingtonpost.  

Panna cotta de yogur con frutas del bosque

Panna cotta de yogur con frutas del bosque


Ingredientes:
3 hojas de gelatina y agua fría para hidratar
50 ml de leche desnatada sin lactosa
4 yogures desnatados sin lactosa edulcorados
1 cucharada de edulcorante líquido
frutos del bosque: frambuesas, arándanos, grosellas…

Se cortan las hojas de gelatina en tres trozos y se hidratan en agua fría. En un cazo se calienta la leche desnatada y se añade la gelatina. Se revuelve bien. A continuación se añaden los yogures desnatados y el edulcorante. Se mezcla todo muy bien.
Se reparte la mezcla en copas, vasos o flaneras individuales. Se meten en la nevera hasta que cuajen. Se sacan y se adornan con los frutos del bosque.

miércoles, 6 de diciembre de 2017

Ocho errores que cometes a la hora de la cena

Dicen que hay que cenar como un mendigo, siempre tras haber desayunado como un rey y comido como un príncipe, aunque no es del todo cierto. No se trata exactamente de cenar poca cantidad, sino de no cometer una serie de errores en el momento del día en que nuestro cuerpo necesita menos energía. Estos son los ocho más comunes.


1- La cena debería ser aproximadamente un 30% de la ingesta calórica diaria. Basta, pues, de salir de casa con un café en ayunas y comer cualquier cosa a mediodía en medio del trajín diario y reservarnos todo el apetito para la noche. Sabemos que hemos insistido hasta la saciedad, pero hay que desayunar como reyes, intentando despertarnos un rato antes para poder tomar nuestra correspondiente dosis de hidratos de carbono, vitaminas y grasas saludables para iniciar el día con toda la energía necesaria. En la medida de lo posible, conviene parar para comer y evitar a toda costa ese sándwich que nos mata momentáneamente el hambre pero nos hace llegar a las 20 horas con un hambre canina.


2- Controla el exceso de fibra. Es cierto que la fibra favorece el tránsito intestinal y que está altamente recomendada para todos aquellos que cuidan su dieta. Pero también lo es que por las noches puede producir ciertas molestias a la hora de dormir, precisamente porque puede producir flatulencias. Y cuando hablamos de fibra no nos referimos únicamente a alimentos integrales, sino también a algunas verduras y hortalizas. Cuidado con las ensaladas veraniegas porque la lechuga, la rúcula o los canónigos tienen mucha fibra y es probable que no nos sienten bien para cenar.




3- Adelanta la hora de la cena. No apures tanto, ya que si te vas a dormir inmediatamente después de cenar querrá decir que no vas a quemar las calorías consumidas y que tendrás más posibilidad de tener molestias digestivas y, por lo tanto, dormir peor. Si puedes cenar al menos un par de horas antes de irte a la cama y mantenerte activo tras este ágape verás cómo tu cuerpo lo nota.

4- Controla los hidratos de carbono. Tal vez tampoco haya que ponerse estricto y seguir al pie de la letra la máxima de que después de las 18 horas no hay que tomar hidratos de carbono, pero es cierto que hay que controlarlos durante las últimas horas del día. Por tanto, si el cuerpo nos pide pizza, arroz, pasta o patatas que sea a mediodía, cuando aún nos quedan horas para quemar las calorías que aportan y, sobre todo, cuando la cantidad de energía que nos aportan va a ser útil.



5- Nada de fritos. Evita la grasa, en general, y los fritos en particular. Esos surtidos de embutidos y quesos que nos preparamos cuando no nos apetece cocinar son enemigos a muerte de nuestra línea, ya que son alimentos terriblemente grasos y calóricos. Lo mismo ocurre con esos tentempiés tan recurrentes que nos suelen salvar las cenas: croquetas, libritos y otros fritos, que acumulan grandísimas cantidades de aceite. No olvidemos que el aceite es uno de los alimentos más calóricos que existen, por tanto conviene tomarlo en cantidades limitadas.


6- Evita el alcohol. Si te gusta beber un vaso de vino durante las comidas hazlo a mediodía, del mismo modo que es necesario controlar ese gin-tonic que tan bien nos sienta tras una jornada difícil. Piensa que un gin-tonic tiene hasta 300 calorías, lo que supone una adición de calorías vacías a nuestra dieta.


7- Sí a la merienda. Y no nos referimos a que te metas entre pecho y espalda un par de dónuts, pero una merienda ligera en algún momento de la tarde hará que llegues a la cena con menos hambre. Un pequeño bocadillo, unas tortitas, algo de queso fresco, un yogur o alguna pieza de fruta son tentempiés apetitosos que podemos tomar al salir de trabajar. En cuanto nos acostumbremos a estos pequeños placeres a media tarde y veamos que no afectan lo más mínimo a nuestra línea, no vamos a poder vivir sin ellos.

8- Sí a las proteínas. Pavo y pollo a la plancha, o algunos pescados como el atún, son opciones excelentes para la cena. Alguna crema suave de primero, fría en verano y caliente el invierno, y tendremos una cena ideal, completa y perfecta.

por Laura Conde | @LauraConde5

sábado, 25 de noviembre de 2017

El kürtöskalács, un crujiente dulce húngaro



Originariamente, este dulce se cocía sobre la brasa caliente obtenida después de haber horneado el pan, pero poco a poco se fue perfeccionando la técnica de cocción hasta desarrollar un producto único y delicioso que se toma habitualmente para desayunar, merendar o como tentempié.


 El kürtöskalács es un pastel típico de Hungría característico porque se cocina sobre un cilindro unido a un pincho que se pone sobre un fuego abierto. Consiste en una cinta fina de masa con levadura, ligeramente condimentada con canela y bien espolvoreada con azúcar. A veces se reboza con chocolate en polvo, nueces o almendras. Para tostarlo, se enrolla alrededor de un cilindro de madera, por lo que adquiere con forma de caracola. Así, el azúcar se carameliza sobre la superficie del kürtöskalács, formando una corteza dulce y crujiente.

Como en casa no dispondremos de este horno especial con rodillos giratorios con los que se hacen estos dulces, podemos enrollar la masa en un cilindro metálico o en un vaso resistente al horno.


Ingredientes:


500 gr. de harina
250 ml. de leche
50 gr. de azúcar
20 gr. de levadura fresca
500 gr. de mantequilla
aceite, azúcar, canela
1 huevo







Preparación:
 Mezclamos bien todos los ingredientes de la masa y la dejamos reposar duarnte una hora. La estiramos con el rodillo y cortamos tiras de unos 3 cm. Ahora cogemos un cilindro para hornear pintado con aceite y vamos enrollando la tira de manera que obtengamos una especie de caracola. Bañamos con mantequilla el pastel y lo rebozamos en azúcar. Introducimos en el horno a unos 200 grados hasta que la superficie del dulce esté dorada y caramelizada. Volvemos a rebozar en azúcar y canela. Opcionalmente lo podemos espolvorear con cacao en polvo, crocanti, etc.

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